jueves, 28 de septiembre de 2017

Patria

   

Juan Rivera
Colectivo Prometeo
FCSM

     En mi barrio hay unas cuantas casas en las que sus propietarios cuelgan banderas rojigualdas cuando juega (y siempre que gane) la selección española de fútbol o pasa una procesión. Dos o tres de ellas han puesto la enseña estos días “ en protesta por lo de Cataluña”. Reconocemos a sus moradores por el polo con bandera al cuello a juego con la pulserita, los gritos de “gol” taladrando la quietud en las noches europeas del Real Madrid, su mutismo absoluto cuando los vecinos se han movilizado contra los recortes, el paro, desahucios... y la cerrada defensa del “derecho a trabajar” cuando una convocatoria de huelga general se les ha cruzado por el camino.
    En mi calle hay un bar/coctelera, un micromundo donde conviven sensibilidades ideológicas opuestas capaces de pactar treguas alrededor de una partida de dominó o chocar amistosamente el botellín de cerveza si el equipo compartido marca. Como en el río de Heráclito por él fluyen los parroquianos pero  por desgracia nunca falla  el arquetipo vociferante, el primate acodado en la barra (cansancio de anudar el pendón en el balcón, supongo) que arregla los problemas del país con “dos buenas hostias” el día que se levanta pacífico o con tanques y aviones bombardeando  cuando le sale el humor sanguíneo.
   Incapaz de situar Lisboa en un mapa o escribir  tres palabras sobre la educación en Finlandia, inexplicablemente puede recitar  horas y horas el mantra que mezcla Venezuela- papel higiénico y Dictadura.Ventajas de tragar como un pavo el pienso ideológico que le suministran los medios de difusión.Nunca se cansa.Le basta con sobarse la pulserita
  Si  un inesperado silencio al quedarse sin resuello permite a la clientela ver en el telediario la enésima trama que afecta al PP, de sus labios sale el consabido “Todos los políticos son iguales, los perroflautas serían peores. ¿Quién no haría lo mismo- enchufar, robar,corromperse- si pudiera?”, dejando claro que su elección del logotipo de la ave carroñera al votar es consciente. Conoce los actos y las consecuencias que acarrean.
    En mi zona hay una plaza, hoy remozada, hasta ayer refugio de ex-yonquis, donde el deteriorado líder de los  profesionales del “dame algo”, pulmones gastados, voz de pito y aspecto cadavérico por sus antiguos excesos arengó -entre calada y trago a la litrona-  a sus conmilitones con un : “Yo voto a Rajoy, a Rajoy. ¿Qué queréis que los comunistas nos lo quiten todo?”. Contigua a la misma hay una tienda de ultramarinos en el que el propietario pretende que le rían la gracia cuando saluda al grito de “Arriba España” . Solo balbucea un “No soy franquista” cuando un cliente le recuerda que la gracia se la puede meter por el trasero, mientras que la hija del sempiterno acodado en la barra -al que ayudó a colgar el paño tras salir de un trabajo sin contrato que le proporciona quinientos euros al mes- interviene en la conversación a la que nadie la invitó  para proclamar que ella es “española, española, española” y le gusta que España esté arriba. Sorda a la explicación que le intenta transmitir quien no encontró gracioso el grito pues le pesa más la memoria de ese familiar  cuyos restos siguen en una fosa por localizar.
    Dos calles más allá hay un supermercado en el que una “nini” de ceñidos “leggins” marca Adidas -comprados a seis euros en el mercadillo- y camiseta con tontorrón lema en inglés, obliga con malos modos  a la madre que con su exigua pensión  la mantiene- y  a sus dos hijos- tras el divorcio,a  devolver a la estantería el fuet de oferta. “En casa no se compra nada catalán, eso es lo que hay”, mientras le rapiña  los euros que permitan llevar a los niños al Mc Donalds.
    En mi ciudad hay un barrio de chalets en el que los moradores viven muy tranquilos y sonríen mientras son servidos por esa interna ecuatoriana a la que hicieron hace poco un contrato de dos horas y de “premio” le encomendaron el cuidado alguna tarde de la madre con principio de Alzheimer. Lógica felicidad pues saben que mientras el acodado y su hija, el fumeta y la nini dediquen su tiempo a banderas, Venezuela y procesiones, y sean mayoría silente o minoría bulliciosa que acogote la expresión del resto de sus vecinos, sus intereses de clase están a salvo.
    Además conocen que el barrio elitista es clónico e intercambiable con otros existentes en Madrid y Barcelona. Para distinguir a de los habitantes de esta última ciudad  recurren  al acento o a mirar si en el mástil del jardín o en la pulsera de la mano derecha la insignia monárquica ha sido sustituida por una cuatribarrada.
    La Patria es una construcción ideológica, un Universo mental al que nos adscribimos individualmente aunque con ella se comulgue en masa. Lo primero que debemos hacer para valorar lo que  se esconde tras el “Todo por ella” o el “Catalunya triomfant” es calibrar quienes fueron los arquitectos de la superestructura, la mentalidad político- religiosa e intereses de clase que pusieron en marcha el entramado. Cuando quienes pretenden ser padres o construir una nueva la reducen a bandera, himno y enemigo común al que odiar para que sirva de pegamento, no podemos dudar que tras las palabras rimbombantes se esconde  la Oligarquía. Simplificando llegan a lo emocional, al proceso de identificación frente al extraño porque  en ese juego sus privilegios se mantendrán intactos.
    Por el contrario, cuando se trascienden fobias y símbolos visuales para  aspirar a una patria que sea el mundo, a una familia que sea la humanidad (Bakunin) o a la visión fraternal que llame a la unión de los proletarios de todos los países (Marx/ Engels),cuando se piensa que la patria es el pueblo y las fronteras no deben impedir que los problemas comunes se enfoquen desde una óptica internacionalista y solidaria, estamos ante una  acepción del término "patria" no excluyente pues abraza a las personas.
    En mi país hay locos que  han secuestrado  locomotoras en Madrid y Barcelona con el propósito de ponerlas a toda velocidad  esperando que choquen. Como en “Rebelión en la granja” algunos son más iguales (locos) que otros y se les nota la querencia por el retrato “de un mi abuelo que ganara una batalla”. De ahí su falta de escrúpulos al torcer la legalidad constitucional que tanto les llena la boca cuando es gratis, a no disimular su regusto centralista ni su apuesta por vivir en una democracia demediada.Ya habitaron plácidamente la democracia orgánica del abuelo de Pazo regalado por suscripción forzada y tapias empapadas con la sangre de fusilados anónimos.
  Lo que no quita  responsabilidad a quienes han sustituido el seny por las vísceras y han visto  una posibilidad de ser independientes  rentabilizando  el cainismo porque piensan que no les tocará el papel de Abel.
    En mi grupo de amigos ocupa un lugar destacado un profesor de literatura que trabaja en el instituto Chaves Nogales de Sevilla.Hoy me ha venido a la mente al leer algunos de los artículos que el periodista que da nombre a su centro de trabajo, dedicó en 1936 a Cataluña. Publicados originalmente en el diario “Ahora”, recopilados en 2013 por la editorial Almuzara bajo el título "¿Qué pasa en Cataluña?”, nos deja  elementos como por ejemplo el artículo “Después de haberse comido el sapo” que invitan a la reflexión . O frases que pasarían por actuales. Una muestra:
    "El separatismo es una rara substancia que se utiliza en los laboratorios políticos de Madrid como reactivo del patriotismo, y en los de Cataluña como aglutinante de las clases conservadoras"

      Al día 1-O lo seguirá el 2-O.En él serán más necesarias que nunca las ideas/personas/propuestas que aglutinen, restañen heridas, propicien el diálogo y trabajen para que el pueblo catalán pueda expresarse en libertad a través de un referéndum con plenas garantías.
    Ahora que tanto se utiliza para reflejar la situación política que vive Cataluña y España la figura retórica del matrimonio mal avenido, no estaría de más recordar que el  único Estado que hace  enlaces indivisibles es el Vaticano (y eso no les ha evitado poblar la historia de bastardos). Es imposible mantener una relación de igualdad  apelando al miedo  o recurriendo  a la violencia.Esconde el “la maté porque era mía”.
   Cuando el ruido es ensordecedor y el griterío  desplaza al sosiego razonado ( hoy en Zaragoza se ha permitido a la ultraderecha acosar a parlamentarios y alcaldes que representan a millones de ciudadanos con la pasividad, mirada al otro lado de Gobierno y fuerzas de seguridad)  lo mejor es meditar. Ni nos volvamos locos ni dejemos que lo hagan. Porque 
                                                     ...¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!...(León Felipe)

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