lunes, 30 de octubre de 2017

De DUI a 155…y tiro porque me toca

            Como si estuviese  dentro de una partida gigante en el Juego de la Oca Geyper, el viernes 27 de octubre el Independentismo catalán pasó en la misma tarde -una vez proclamada con voto secreto la DUI (inciso: los revolucionarios/ rupturistas tienen la obligación ética de dar la cara)- de vislumbrar  a la princesita rubia esperando en el Paraíso de la casilla 63 para acariciarlo por haber ganado la partida, a intuir que con la jugada del 155 en la contrarréplica del Gobierno Central había terminado en la 58. Esa casilla con la calavera mandándote al  inicio pero encontrando  esta vez en la salida a  Rajoy y su “minion” Soraya   asignando turno, reglas nuevas y color.
         Y sobre el tablero quedan fichas de acompañantes que aún no saben como terminará el lance donde los embarcaron.Unos de momento retenidos  en la posada perdiendo cargos, otros en la casilla de la prisión (incluso con banda sonora en Youtube de tontipijos sevillanos,meapilas y capillitas pidiendo que en ella caiga también Puigdemont) sin saber cuantas jugadas de castigo quedan y otros en una desértica  tierra de nadie , lejos del dado o la oca que acelere el proceso.
            En esta tesitura no está de mal recurrir a nuestros clásicos y recuperar el espíritu del ensayo de Lenin -febrero de 1902- “¿Qué hacer?”,   (viene como anillo al dedo no olvidar que según el plan de Vladimir Illich, el folleto debía consagrarse a desarrollar minuciosamente las ideas expuestas en el artículo “¿Por dónde empezar?” publicado en mayo de 1901 en el número 4 de “Iskra”), pues con la “cuestión catalana” a la Izquierda  quieren volvernos a plantar en la encrucijada donde históricamente se coloca la Racionalidad cuando se impone en la Sociedad el grito de “¡cierren filas!” alrededor de una bandera  llena de contenido emocional pero vacía de preocupación por los derechos colectivos .
               El escenario que nos están construyendo merece una disección, una mirada cargada de  análisis crítico. Se hace necesario detenerse a repasar gestos y palabras de los actores  políticos y no olvidar que estamos en una comedia coral en la que a poco que alguien sobrecargue su  histrionismo construiremos una tragedia.
            Con las CUP comparto postulados políticos, sociales, internacionales y económicos, pero no puedo compartir su nacionalismo independentista. No les veo el músculo que las convierta en “vanguardia del proletariado” capaz de hegemonizar el “Procés”.Al contrario seguramente por prejuicios en torno a lo que ha significado históricamente  la “Unión Sagrada” burguesía/proletariado en defensa de la Patria, creo que con su apuesta de poner en el centro de la acción política el “fer nació” en lugar del “fer una societat mès justa” le hace el caldo gordo a quienes encabezaron,envueltos en la senyera, los más brutales recortes de derechos contra las clases populares catalanas.
       A Rajoy hay que reconocerle la inteligencia suficiente de aplicar el 155 acompañándolo de una convocatoria de elecciones a corto plazo. Palo y zanahoria. Aunque sus “hooligans” cegados por  el “¡A por ellos!” quisieran más sangre.
            Los sectores ultraderechistas de ese batiburrillo que compone la derecha extrema española siguen de momento sujetos a la cadena  porque son conscientes de que disfrutarán de barra libre mientras que al Poder interese amedrentar a la Sociedad con el “¡ojo, que os los azuzo!”
            Son varios los escenarios que pueden desarrollarse de aquí al 21 de diciembre y van a estar vinculados a la intensidad de la represión que desde el Estado se ejerza sobre el Catalanismo Político que llegó hasta la DUI. Esto abre las hipótesis:
               Que PdCat, ERC y CUP en bloque o alguno de sus componentes ( las papeletas en ese caso por su coherencia propositiva las lleva todas la CUP), se nieguen a participar. El Retraimiento ya visto en otras ocasiones en la Historia Política española. La apuesta sería de alto riesgo pues tendrá efecto político solo si las urnas quedan vacías, sin olvidar que el 77.44% de las últimas autonómicas fue una “rara avis” en convocatorias que tradicionalmente han girado alrededor del 60% y con algunas como las de 1992 que no llegaron al 55%. El peligro: ¿Hasta que punto el “españolismo movilizado” podría compensar el boicot del “catalanismo ausente”? Cuanto más se acercasen  al 50% más fácil resultará a los partidarios del 155 vender una “normalización” que de ninguna manera se daría si las cifras de abstención alcanzan cotas del 65-75%
            Que los antiguos socios del “Govern” y las CUP decidan concurrir pese al 155  para transformar el resultado de las urnas en un plebiscito que convalide el referéndum que les fue negado. Aún sabiendo que tener más escaños no significa necesariamente tener más votos. A lo que se añadiría como gestionar, si las encuestas no se equivocan, una sociedad que seguiría fracturada al 50-50 (45-55, incluso 60-40,da igual, la división sería asfixiante).
          Que los autoproclamados “constitucionalistas” del 78 tengan la tentación de aprovechar algunas de las cartas blancas que otorga la aplicación de un 155 arbitrario por su falta de desarrollo normativo previo ,para guardarse algún as en la manga  en su  búsqueda de la recentralización.
            Ya que el PSC, C’s y PP parecen haber descubierto el gusto de leer una Constitución que hasta ayer ignoraban, despreciaban o violentaban  hasta el punto de convertirse en sus más furibundos defensores, no estaría mal que una vez leído y releído el 155, se animen y de aquí a diciembre sigan practicando con otros artículos igual de importantes. Esos que hablan de sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo” (art.31), del ”deber de trabajar y el derecho al trabajo con una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo” (art.35), de que “los poderes públicos mantengan un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo” (art.41) o que “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general” (art.128).
               Podían empezar por este último para abrir boca.
            Que el interés de algunos “independentistas/españolistas” por fomentar un Frentismo con la creencia de que podrán rentabilizarlo en votos, ponga en pie una sociedad catalana de compartimentos estancos reacios a escucharse. Una forma de evitarlo sería que en la actual “guerra de banderas” la persona que ha colgado en su balcón la rojigualda  añada algunas letras al “Soy español” para poner “Y quiero un trabajo con derechos” o “Una vida digna”. Y la que se identifica con la cuatribarrada sumar al “Soc catalá” un “Prou retallades del Govern Catalá!. Els nostres drets no es toquen!”.
             ¿Y nosotros? ¿Y nosotras? En primer lugar  huyamos de lo que huela a  Frentismo “Anti” para buscar la Unidad Popular transversal. La única forma de conseguirlo es articulando (y ex-pli-can-do) nítidamente nuestra propuesta Republicana Federal. Sin complejos ni ambigüedades. Sin entrar en guerra de enseñas porque aunque tenemos la nuestra,  es más importante la mochila ideológica llena de propuestas que mejoren el día a dia: lucha contra la Precariedad, Desigualdad, Desahucios, frenar el Deterioro buscado en Sanidad, Educación Infraestructuras, combatir los privilegios de los poderosos en sus obligaciones incumplidas con Hacienda, poner en pie un Estado realmente laico…
          Procurando que las palabras se llenen de contenido práctico y no sean meros significantes vacíos. Sin olvidar que además de en ese Referéndum que siempre defendimos y  permitiría expresar sin interpretaciones ni intermediarios la voluntad real del pueblo catalán,   la cotidianidad la hacemos con la farola alumbrando, el bache asfaltado, las condiciones laborales que hacen llegar un salario digno al hogar. Si la Dignidad, ese concepto que junto a las palabras Pan,Trabajo y Techo compendia perfectamente nuestro Ideario.
           También podriamos hacer un ejercicio de patriotismo en estos meses  difundiendo/ refrescando el  nivel de latrocinio atribuido al clan Pujol y las cifras de los recortes en Cataluña o el alegato de la fiscal Concepción Sabadell en el caso Gürtel   del PP  considerándolo un “atentado directo contra el Estado de Derecho”.
           Hagamos Patria ayudando  a levantar las banderas que han servido para  tapar  la Corrupción. Pues no podemos olvidar que en Barcelona (hasta el viernes) y Madrid esa tropa nos ha estado y está gobernando.
        Las manifestaciones de uno y otro signo están siendo muy concurridas. Las “independentistas” hasta el momento  mantienen el tono pacífico que las ha acompañado desde el inicio. En las “españolistas” los organizadores ahora intentan limar las aristas más impresentables pidiendo a neonazis y franquistas que  aunque participen oculten sus símbolos. Y que se  conformen con  entonar el “a prisión” en lugar del “al paredón”. Algo es algo, aunque como medicina ante estos casos es mucho más efectiva la respuesta popular. Tipo gran manifestación  antifascista  del domingo en Valencia.
          No olvidemos que tras el mayo del 68 francés, las elecciones legislativas de junio  las ganó una Derecha que obtuvo 396 diputados frente a los 91 de la Izquierda. O que una movilización tan extraordinaria como las marchas de la Dignidad del 22M de 2014   debilitó al Gobierno del PP pero no fue suficiente para echarlo.
          Por ello ni infravaloremos las que se están produciendo estos días en Barcelona ni tampoco las elevemos a la categoría de verdad absoluta.
        Tenemos tiempo y  podemos/debemos articular nuestro propio discurso. Sin seguidismos. Sin dejar de denunciar -como hemos hecho siempre- lo que consideramos barbaridades aunque a nuestro alrededor ondeen  banderas y deambulen sordos (esperemos que con cerebro, no zombies).
       ¿Os acordáis cuando desde la Izquierda Unida de Julio Anguita denunciábamos al principio de la década de los 90 el desastre que supondría Maastricht mientras nuestros compatriotas descorchaban el cava que se volvería hiel quince años después?
          Pues eso.
Juan Rivera
Colectivo Prometeo
FCSM

domingo, 22 de octubre de 2017

Julio Anguita: La troika del 155

     No salgo de mi asombro. El Gobierno y sus dos ejecutores subalternos, PSOE y Ciudadanos, se aprestan a aprobar en el Senado la destitución del Govern, basándose -dicen- en la aplicación del artículo 155 de la Constitución. He consultado a constitucionalistas acerca de si existe un Ley Orgánica que haya desarrollado el procedimiento necesario para hacer efectiva la medida que el Senado va a aprobar. La respuesta ha sido negativa. En consecuencia debemos atenernos a la literalidad del texto, habida cuenta de que las leyes, las normas, los preceptos y los reglamentos usan el lenguaje como vehículo esencial para su conocimiento, difusión y aplicación y en su caso para la sanción derivada del incumplimiento. ¿Qué dice el texto del 155?

     En el primer apartado se dice que el Gobierno tras la autorización del Senado podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella (La comunidad autónoma) al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones. ¿Cómo puede obligarse a nadie a hacer algo si se le cesa?
     En el segundo apartado del citado artículo podemos leer que Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas. ¿Dar instrucciones es cesar? ¿Hay algún otro artículo en la Constitución que desarrolle, pormenorice y aclare la breve redacción del 155?
    Las distintas sentencias del Tribunal Constitucional reiteran una y otra vez la necesidad de que el Gobierno tenga un mecanismo constitucional para abordar el problema que han planteado el Parlament y el Govern de Cataluña. Pero la pregunta sigue siendo la misma ¿En qué parte del articulado se dice que el Gobierno podrá cesar en sus funciones a cualquier presidente de comunidad autónoma y a todo su gobierno?
    El que haya un vacío legal no puede servir de excusa para extralimitarse y aplicar acciones que la Constitución no contiene expresamente. ¿Acaso las ilegalidades hechas en Cataluña pueden ser combatidas con otras? ¿Dónde está el llamado Estado de Derecho?
    El artículo 76, apartado d) de la Constitución de la II República establecía que le correspondía al Presidente de la misma: Ordenar las medidas urgentes que exija la defensa de la integridad o la seguridad de la Nación, dando inmediata cuenta a las Cortes. Es decir el Presidente recibía un mandato que le permitía actuar en consecuencia en casos de gravedad, aunque después estuviera obligado a dar explicaciones. Pero cesar a cargos democráticamente electos sin tener el respaldo constitucional para ello es una práctica de filibusterismo político. Por eso se la han inventado, contando con el coro de turiferarios que loarán una chapuza hecha a imagen y semejanza de la convocatoria del referéndum catalán.
    Las acciones ilegales del Govern de Catalunya han sido calificadas de Golpe de Estado. ¿Cómo calificar una propuesta hecha al Senado, con el apoyo de la troika del 155, que no está ni explícita ni implícitamente, contenida en la Constitución?
    El bipartito y el adminículo portaestandarte que los acompaña, no solamente han echado gasolina al fuego sino que, además, han arrojado otra paletada de tierra sobre la fosa en la que yace la Constitución de 1978 acompañada por la Transición que la engendró. 
  Presidente del FCSM

sábado, 21 de octubre de 2017

Se necesitan bomberos, no pirómanos



Juan Rivera
Colectivo Prometeo/ FCSM

    El ser humano no tropieza dos veces en la misma piedra, lo repite las que hagan falta. Y nunca falla cuando el obstáculo se coloca tras una apelación a los instintos primarios e irracionales (ojo, aunque disfrazados de sentimientos, siempre ocultan los intereses de la clase dominante).
     Entre los más eficaces dos clásicos: la llamada a la defensa de la Religión al toque de “ Dios, Alá, Yahvé... lo quiere” y la campana tañendo a rebato “ por la Patria” en su versión intangible de Universo simbólico, construcción mental de una Utopía llena de espacios vacíos.
    A responder al reclamo - siguiendo el modelo estímulo /respuesta sin necesidad de un Pavlov agitando la campanilla -siempre se ofrecen ( ¿tiempos de cacería?) las rehalas fanatizadas. Para fijar la idea con una imagen con más validez que todas las palabras, basta con dedicar un minuto, a las fotos de las agresiones filonazis en Valencia.Esos gestos y  caras desafiantes los genera la sensación de impunidad que envuelve a sus protagonistas.
      Hoy no toca hablar de la coartada religiosa, porque es tiempo de “ Patrias”. En los últimos meses nos han instalado en un régimen de banderías que al grito de “¡Y tú más!” desprecia los argumentos contrarios. Ni se molestan en escucharlos.
    Florecen tanto al norte como al sur del Ebro, los adictos al “besa la bandera o te doy con el palo”, los imitadores sin gracia de Belén Esteban unidos por el “ yo por mi enseña ¡¡¡Ma – to!!”. Admiten la versión en catalán.
    Esta temporada se llevan las etiquetas y nos quieren poner sí o sí la de “antipatriotas” a quienes pensamos que una Sociedad debe articularse no por unos colores sino por tener garantizado el acceso a una educación, sanidad y pensiones dignas, a un trabajo con derechos laborales, a unas libertades cívicas a prueba de “salvadores” y a un tiempo de ocio que nos permita arreglar el mundo alrededor de un medio de vino y una charla con amigos. En definitiva aspirar a vivir en un País en el que la actuación pública gire alrededor de la búsqueda del “bien común”.
    Pero eso no les vale a los etiquetadores si no desfilamos bajo el “Visca” / “Viva”.Sufrimos la paradoja de no ser Ulises encadenados, sino que son las sirenas las que nos encadenan para quebrarnos la voluntad al son de cánticos monocordes que solo venden “pensamiento único”.
    Los mal llamados medios de comunicación, convertidos en medios de difusión ideológica que suscitarían la envidia del más sofisticado aparato de agitación y propaganda partidista, venden la manipulación en bloque. Siguen el axioma del “Cuius regio, eius religio” aplicado en los conflictos de la reforma protestante en la Edad Moderna. Según sea el rey, así será la religión; según sea el pensamiento del que controle la tele, radio o prensa, así será la noticia vendida.
    Por eso darían risa, si no fuese por lo que nos estamos jugando como Ciudadanía libre las acusaciones de “adoctrinamiento” arrojadas del Palau a La Moncloa o desde el Consejo de Ministros al Consell de la Generalitat. Sonroja ver en una trinchera a liberticidas vocacionales parapetados tras la defensa de una Constitución a la que vaciaron de contenido con nocturnidad y alevosía y en la otra sostener la bandera de “la lucha contra la opresión” a la misma burguesía que hasta hace unos días oprimía sin problemas a la clase trabajadora catalana, con recortes salvajes, privatizaciones y mossos mandados a desalojar violentamente las plazas que olían a 15M.
    Es patética la imagen de huestes alineadas para el combate que como uniforme aún llevan la camiseta del 3 per cent o la de sobres en b.
    En estos días pasados ardió Galicia.El único elemento positivo de la tragedia lo pusieron las cadenas humanas apagando los fuegos. Practicaban esa ternura de los pueblos que es la Solidaridad .
    En estos días también hay quien desea ver arder a España, incluyendo a Cataluña y se ha puesto a acarrear leña con forma de odio bidireccional
  Por eso estoy echando de menos claridad en las propuestas de quienes considero míos.Aún sabiendo lo difícil que resulta hacer llegar un mensaje cuando te han cortado el micrófono y la turbamulta vocifera.
    Hoy es más necesaria que nunca esa voz clara y diáfana que pregone:
“Ciudadanos, ciudadanas no le hagamos el caldo gordo ni a tirios ( neofranquistas, neofalangistas) ni a troyanos (independentistas). Traemos nuestra propia alternativa  donde todos y todas encajamos: la República Federal.Y quien aún  albergara dudas del papel no integrador,inmovilista y parcial de la monarquía encarnada por Felipe VI tras su mensaje televisivo,lo tendrá ya claro al escuchar el discurso en la ceremonia de autobombo monárquico conocida como « Premios Princesa de Asturias»
  Por supuesto, cuando la ley es justa debe cumplirse.Ahora,antes y en todas las ocasiones.Y los jueces no pararse a mirar si en el carnet de identidad pone Pepito Pérez, Alfon-Andrés Bodalo, Jordi Cuixart,Iñaki Urdangarín o Rodrigo Rato. Si se vive  en Vallecas,Jaén o en los círculos de Poder de Barcelona o Madrid. Lo que no sirve es  el «Dura Lex sed Lex» para unos casos y cogérsela con papel de fumar si en lugar de a un jornalero o a un joven concienciado afecta a la cúspide del Sistema.
    ¡Claro que la Constitución es reformable!¡Que se lo digan a los diputados del PP/ PSOE que con nocturnidad y alevosía modificaron el artículo 135 en 2011! A los pueblos se les debe consultar en referéndum pero también se les debe tratar como mayores de edad, debatiendo todos los pros y contras que tiene el tomar una decisión trascendental que condicionará su vida y la de generaciones próximas.
   Y nadie puede ser perseguido por sus ideas, ni generarse la menor sombra de duda de ello en organizaciones de tanta raigambre en la defensa de los Derechos Humanos como Amnistía Internacional.
   Ningún político debe ir a la cárcel por expresar sus pensamientos. Guardemos las ganas de Justicia para cuando purguen por  Corrupción.
    No abramos la espita de las bajas pasiones, ni  seamos los conejillos de indias de quienes quieren medir nuestra tolerancia  ante los recortes de libertades que traen bajo el brazo vendidos como aplicación de la Ley.Sí, la misma que se guarda en el cajón para no molestar a los poderosos cuando se trata de perdonar fraudes y evasiones de impuestos o agujeros de miles de millones en sus rapiñas bancarias.
    Activar la DUI es una barbaridad,aplicar el 155 otra.O viceversa porque están utilizando la medida como arma arrojadiza de respuesta especular.Quien dé el primer paso ha sacado el machete para destruir puentes y a Puigdemont / Rajoy parece gustarles el papel de artificieros.
    Cuando la única consecuencia cierta  al echar un pulso es que un contendiente acaba lisiado de por vida y el otro con fractura triple pensemos si éste  merece la pena.
    Porque en la cola del pan, en el trabajo, tomando el sol en la plaza o en la barra del bar conviviremos día a día con el vecino que colgó la rojigualda / estelada y nos miró mal al considerarnos tibios por reclamar “reflexión, cordura y diálogo, diálogo, diálogo”.
     Lo fácil es tensar la cuerda hasta que se deshilache y  rompa. Lo difícil es volver a anudarla. Lo casi imposible es recuperar relaciones cuando se destruyen con violencia verbal. Imposible cuando se recurre a la física.
    Dejemos de jugar con fuego.En estas próximas jornadas hará falta agua, mucha agua y si es necesario caminemos hasta la fuente para acarrearla sin esperar  a que llueva. Necesitamos bomberos, no pirómanos porque cuando una sociedad se quema todos corremos el riesgo de salir abrasados”

viernes, 20 de octubre de 2017

Ada Colau, cordura frente a visceralidad



Publicamos hoy aquí el escrito que la Alcadesa de Barcelona compartió ayer en su página de Facebook. Nos parece necesario compartir al máximo posicionamientos y actitudes como la suya pues son en estos días más necesarias que nunca para encauzar la difícil situación por la que atraviesa nuestro modelo de estado y de convivencia. Ante aquellos y aquellas que invocan a las vísceras y los fantasmas de otro tiempo enfrentamos la cordura y el deseo de diálogo y fraternidad de quienes nos pensamos en común. “El Gobierno del PP insiste en su gran mentira. Siguen negando lo que es evidente para la prensa internacional y para todo el que haya visto las imágenes de las cargas policiales del 1 de octubre en Catalunya: que hubo violencia, brutalidad, ensañamiento.
Hace mucho tiempo que la derecha española ha creado una imagen falsa y distorsionada de lo que pasa en Catalunya. Hablan de totalitarismo, de convivencia rota, de una población amedrentada por violentos “separatistas”. Ni siquiera las palabras que utilizan son neutras. “Sediciosos” ,“separatistas”, no son términos descriptivos sino cargados de un imaginario perverso. Se empieza deshumanizando al otro a través de las palabras… y se acaba ordenando que aporreen a ancianas en la puerta de las escuelas, y llamando a eso “profesionalidad”, “proporcionalidad”, “defensa de la democracia”.
Cuando hay dos versiones tan diferentes para explicar la realidad, lo mejor es analizar los hechos.
Es un hecho que el 1 de octubre hubo 844 personas heridas. Una de ellas ha perdido un ojo… ¿proporcionalidad? ¿Qué es proporcional a un ojo? ¿Qué es proporcional a empujar a una mujer por las escaleras? ¿A agarrar a ancianas por los pelos? ¿Al miedo que sintieron y sienten los niños al ver sus escuelas destrozadas?
Yo no soy independentista, no comparto la vía unilateral. Lo he dicho muchas veces y lo repito. Soy muy crítica con el gobierno de Puigdemont y no me gusta cómo se han hecho las cosas. Pero hay algo que está por encima de lo que opinemos unos u otros y que debería unirnos a todos los que creemos y defendemos los derechos, las libertades y la democracia: el uso de la violencia de estado contra población pacífica es inadmisible.
Hoy el portavoz del gobierno llamaba “nazis” a los catalanes y catalanas que se manifiestan contra la represión policial. De nuevo las palabras… ¿nazi? ¿Es consciente el señor Hernando de lo que hicieron los nazis? ¿Se manifestaron los nazis pacíficamente durante años para reclamar el derecho a votar? ¿Defendieron las familias nazis las escuelas mientras cientos de policías los aporreaban? ¿En serio son “nazis” miles de ancianos, mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas que hoy llenan las calles cantando “Somos gente de paz”? Usar la palabra “nazi” con esa frivolidad es un insulto a las víctimas del nazismo y debería darle vergüenza.
Si esto que escribo consigue atravesar barreras informativas, si lo leen todas aquellas personas fuera de Catalunya que quieren saber qué pasa, os pediría, por favor, que intentéis analizar este conflicto sin prejuicios, que os atreváis a cuestionar lo que nos están diciendo los portavoces del gobierno. Lo que están negando o, aún peor, justificando.
Nos encontramos ante una crisis de estado sin precedentes y me preocupa el bloqueo total de las relaciones entre los gobiernos catalán y español. Pero lo realmente triste sería que se acabaran rompiendo los lazos de fraternidad y de cariño que nos unen por abajo, a las personas. No lo podemos permitir.
Nos han pegado. Nos han hecho daño. No será fácil olvidar eso. Necesitamos vuestro apoyo.
Lo que ha ocurrido vulnera derechos y libertades fundamentales de todos: catalanes, españoles, europeos… hoy es Catalunya, mañana puede ser en cualquier otro sitio si lo normalizamos y queda impune. Si lo justificamos, estamos perdidos. Perdemos todos. Pierde la Democracia.
Nuestros padres, madres, abuelos y abuelas que lucharon juntos por conquistarla, no nos lo perdonarían.
Por ellos y ellas, por su legado, juntémonos para salvar la democracia, para echar a quien ha ordenado este despropósito y es incapaz de encontrar una solución política y pacífica. Quien tiene responsabilidad de estado debe escuchar, respetar a la población, hacer propuestas en positivo y ofrecer alternativas. Jamás reprimir a población indefensa”.
Ada Colau Ballano, Alcaldesa de Barcelona. (3-10-2017)

martes, 17 de octubre de 2017

Ser murciano y español y no neofacha


Foto: El Pais

Fuente: La Crónica del pajarito
José Coy
Mesa Estatal FCSM.Murcia

      Pues sí, soy de esa gente rara que se siente de una patria grande que es la humanidad y de una patria chica por la que siento orgullo, que está en un territorio milenario que actualmente conforma la comunidad de la Región de Murcia. No soy muy de banderas aunque tengo en mi corazón algunas y variadas: una de ellas es blanca, el color de la paz y la convivencia; otra es la de mi región, una región del sur, con muchas injusticias y desigualdades, pobre, precaria, abandonada y olvidada por todos los gobiernos de Madrid; otra es tricolor, la misma por la que fue fusilado mi abuelo en una tapia del cementerio de Espinardo, o por la que fue torturada, exiliada o encarcelada parte de mi familia.
    La rojigualda nunca me ha puesto ni emocionado por sus connotaciones tristes y pasadas. Pero tengo que reconocer que las imágenes de personas juntas y abrazadas, unas con la rojigualda actual y otras con la estelada, me han emocionado, porque es la viva representación de que se puede convivir entre diversas comunidades e identidades y además en radical fraternidad y respeto.
  “Puestos a elegir, digo alto y claro que hay una España de las luces y la inteligencia colectiva que hay que reivindicar y que sí nos representa a millones de personas”
   En todo caso, lo reconozco, la rojigualda a solas, no me pone nada, ni me emociona, ni siquiera en los mundiales de baloncesto o fútbol, en los que sí me emocionan Gasol y Piqué, catalanes, por cierto. Porque en nombre de España y esos colores se han cometido muchas salvajadas y han llenado los rincones del país de muchas sombras, sufrimiento y sangre a lo largo de la historia. Cunetas aparte. El ultranacionalismo español ha sido uno de los nacionalismos más sanguinarios que ha parido Europa. Conviene leer todas las versiones de la historia para comprobarlo. A pesar de lo que diga un tal Vargas Llosa.

   Hay otra España, con una historia de lucha conjunta por la democracia, la libertad, la justicia, la independencia y tantas cosas grandes que me llenan de orgullo. Una España cuyas gentes han sufrido guerras, exilios, hambre, destierros, hogueras de la Inquisición, migraciones, torturas, fusilamientos y un largo calvario en sus diversas formas.
    Llegados a este punto, hay que recordar y reconocer que Cataluña fue posiblemente una de las    comunidades que más aportó en la lucha contra la dictadura franquista. También hay que recordar que la derecha catalana ha sido un soporte fundamental para el criticado y caduco régimen del 78. Posiblemente la enorme fortuna de los Pujol tiene mucho que ver con ese apoyo: no se pueden mover tales cantidades de dinero sin que los servicios de inteligencia y las cloacas del Estado lo detecten, incluso lo silencien durante varias décadas, como parece que así ha sido.
    Sí, es raro esto. Nunca me he visto en la tesitura de pensar en clave de patria, pero con esta polarización, también hay cortinas de humo por ambas partes. Las emociones y sentimientos salen de las profundidades y sí, lo reconozco, soy español y además ahora no me da vergüenza decirlo con orgullo incluido. Porque las polarizaciones obligan a pensar y elegir, y puestos a elegir, digo alto y claro que hay una España de las luces y la inteligencia colectiva que hay que reivindicar y que sí nos representa a millones de personas. Es la España del 15M, que fue un ejemplo y una sorpresa mundial, con sus réplicas en las principales capitales del planeta; las luces de la marcha de la dignidad 22M, con miles de personas precarias e invisibles andando por las carreteras hacia Madrid, una ciudad que nos dio un recibimiento de solidaridad que ningún caminante podremos olvidar.
   Ya que hablamos de Madrid, hay que recordarles a mis amigos ‘indepes’ –que los tengo y territorialmente variados– que Madrid no solo es el puto Madrid, es también el Madrid de Carmena, Marcelino Camacho y el proceso 1001, los abogados de Atocha, la clandestinidad, los presos y presas políticos antifranquistas en la famosa cárcel de Carabanchel, las inmensas y masivas huelgas en plena dictadura, las asambleas de barrios en el 15M o la Puerta del Sol llena de tiendas de campaña.
Sí, lo reconozco, me enorgullece formar parte de este país lleno de luces pasadas y presentes que han parido movimientos sindicales genuinos, como el que en su momento representaron las clandestinas Comisiones Obreras. O donde han nacido unos guerrilleros españoles de la Brigada 9 que fueron los primeros en entrar al París ocupado por los nazis. O ese movimiento social tan propio, que conozco muy bien, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que ha sido y es un ejemplo de empoderamiento y auto-organización ciudadana frente a los bancos para todo el sufrido sur de esta Europa alemana.
  Un país en el que ha nacido gente como Diego Cañamero, Ada Colau, Irene Montero, Serrat, Olga Rodríguez, El Nega, Miguel Ríos, Rosendo de Leño, Ana Belén, Sabina, Durruti, Manuela Carmena, Antonete Gálvez, los dos Pablo Iglesias y Errejón, Enrique Tierno Galván, Federica Montseny, Clara Campoamor, Antonio Machado, Marcelino Camacho y su compañera Josefina, Miguel Hernández o Federico García Lorca, entre tantos hombres y mujeres que han ido conformando nuestra actual identidad democrática. Es rotundamente un gran país. Conviene recordar que el dictador murió en la cama, pero al franquismo se le ganó en las calles y en las huelgas y ambas trajeron la democracia. Hay que releer la Transición dulce, porque no fue tan dulce.
“Vemos cómo renace un neofranquismo tan rancio, represor y antiguo como el de antes; con aguiluchos, símbolos nazis y brazos hitlerianos, que promueve palizas en las calles y persecuciones”
El otro país de las sombras no puede vencer al país de las luces. Estamos viendo cómo renace un neofranquismo tan rancio, represor y antiguo como el de antes; un neofranquismo que se acompaña de aguiluchos y símbolos nazis, brazos hitlerianos cara al sol, y que promueve palizas en las calles y persecuciones de quienes no piensan como ellos. Esa España que nos avergüenza vuelve con inusitada violencia e intolerancia y el pueblo democrático no lo puede permitir. Queremos vivir en paz y en buena convivencia; no dejemos que vuelvan aquellos que sueñan con poder volver a ir a las casas de madrugada a por el contrario, como se hacía en unos tiempos pasados. Pero ya se sabe, el pasado es como un perro que siempre vuelve. Sobre todo si no existe memoria y tenemos una memoria muy frágil de lo que fue el franquismo… hay una memoria oral que se va perdiendo y una memoria publicada y estudiada, muy frágil también. El relato del antifranquismo no se conoce por parte de las nuevas generaciones: ni está en la historia oficial escrita por los vencedores, ni se explica en las escuelas, como así ocurre en Alemania respecto al nazismo.
   Es cierto, Rajoy y su equipo son una fábrica de independentistas, los datos son los datos. De 400.000 votos independentistas legítimos que había, han pasado a dos millones en unos pocos años. Aznar y Rajoy son muy culpables de tal cosa. Pero los actuales independentistas catalanes son también otra fábrica de ultranacionalismo español. Ambas fabricas producen odio a todo lo que da la máquina, y ambas máquinas hay que pararlas y vestirlas de blanco. ¿Hablamos, platicamos, parlem?
Siempre es preferible una buena campaña electoral a una buena guerra aunque sea blanda. Siempre prefiero que se use la palabra antes que las porras y las escopetas.
   El conflicto catalán se debe y puede arreglarse con métodos del espíritu siglo XXI –si es que este espíritu existe–, que todos y todas suponíamos que venía para que gozáramos de más derechos, más democracia y mejor vivir. Aunque, visto lo visto, parece que vamos para atrás. Ese supuesto espíritu de siglo XXI parecía que traía mejores tiempos, pero menuda entrada de siglo, dan ganas de volver a lo mejor del siglo XX si fuera posible. El caso es que, como dice Iñaki Gabilondo –nada sospechoso de intolerante, ni de persona extrema–, antes o después esto se arreglará votando. Esto es, un referéndum en Cataluña con pregunta clara y sencilla en el que quienes estamos por el ‘no’ a la independencia tengamos pleno derecho a defenderlo sin ser tachados de neofachas ni de ultranacionalistas españoles, ni que por defender el derecho a decidir, seamos reprimidos ni tachados de antiespañoles. España es una comunidad de comunidades y países muy diversa y plurinacional. También Cataluña es plurinacional, y no estaría mal que quienes se llenan la boca de Cataluña como si fuera exclusivamente suya, asuman que esta comunidad es también muy plural y con una diversidad que no cabe en una sola bandera ni en una sola identidad.
En fin, todo son luces y sombras con escala de colores y tonalidades e intensidades variadas. Ojalá las luces puedan con las sombras. Y no volvamos a tiempos pasados, repito, siempre es mejor una buena campaña electoral que una buena guerra. Siempre es mejor una buena plática que una buena porra. Luces: ¿dónde estáis? Venid ya, es urgente. 



martes, 10 de octubre de 2017

¿Una España anquilosada, intolerante o una España avanzada, democrática e igualitaria?


No puedo entender por qué tiene que ser un drama político cambiar la Constitución española de 1978 que supuso, entonces, un paso importante hacia la democracia, pero condicionado por las imposiciones, las intentonas golpistas y las tramas urdidas desde las más altas instancias. En el país vecino, Francia, la Constitución de 1946 creó la IV República. En 1958, una nueva Constitución adoptada en referéndum marcó el inicio de la V República y desde entonces, 24 leyes han modificado la Constitución, una de ellas relativa a la organización descentralizada de la República.
El hecho de que Francia tuviera gestas históricas que unió al pueblo (la Revolución de 1789 que acabó con el absolutismo monárquico y la Revolución de París de 1830 que supuso la expulsión de los Borbones del trono de Francia), no les ha impedido ir buscando nuevas formas de convivencia, actualizando su Constitución. En España, sin consultas al pueblo español, sin las actuales escenificaciones que tan bien parodian los humoristas, sin dramatizaciones patrioteras ante la nueva y penosa sumisión de España al capital internacional financiero, el PP se puso de acuerdo con el PSOE para modificar el artículo 135 de la Constitución. Esa modificación del año 2011 prioriza, por encima de los derechos de los españoles, el pago de la deuda pública, esa deuda enorme e impagable por los intereses de la usura financiera.
No puedo comprender tampoco por qué tiene que ser un drama cambiar el modelo de estado. Hace mucho tiempo que Alemania es una república federal formada por dieciséis estados, que los Estados Unidos de América están constituidos por cincuenta estados o que Suiza es una confederación. Además, la monarquía ya no es garante de la unidad nacional, como ha quedado demostrado en Bélgica donde han seguido las disputas entre sus distintas comunidades, fundamentalmente entre flamencos hablantes de neerlandés y valones de habla francesa; en el Reino Unido, donde Escocia celebró un referéndum para la independencia en el 2014;  y ahora, en España, donde la monarquía no ha jugado tampoco el papel de árbitro en la escalada de enfrentamientos entre el gobierno central y el gobierno autónomo de Cataluña.
El principal problema de España es esa visión arcaica y rígida de España que tiene el PP, una visión que lo lleva a creerse más españoles que el resto de los habitantes de la nación contra los que viene utilizando, desde hace años, recursos de inconstitucionalidad.
Fue el caso del recurso contra el matrimonio entre personas del mismo sexo porque, en su opinión, “rompía la familia”, como si no hubiera cambiado ya el concepto de familia tradicional y todos los españoles no tuvieran los mismos derechos, independientemente de su orientación sexual. Los del PP hasta se manifestaron por ello en la calle, lo nunca visto en la derecha europea o de otras partes del mundo: sólo la derecha española y la venezolana en la oposición, con los mismos poderosos medios que las anteriores, han pretendido utilizar el instrumento colectivo propio de los que no tienen poder, de la mayoría social, para ir contra colectivos sin poder, injustamente discriminados.
Y el PP siguió presentando recursos de inconstitucionalidad, con la misma intransigencia. Esta vez, contra diversos preceptos del Estatuto de Autonomía de Cataluña que no habían sido recurridos en otras Comunidades como Valencia, Andalucía o Baleares, iniciando así la escalada de despropósitos que estamos viviendo, por el no al Estatuto, el no a la financiación, el no al derecho  del pueblo a decidir y el no final al referéndum convocado unilateralmente por decisión del Gobierno de Cataluña presidido por la derecha catalana de Convergencia (CIU, CDC) con ideas más europeas y sin el pasado franquista del PP, pero que comparte el mismo modelo económico neoliberal que el PP al que ha apoyado en distintos gobiernos.
Sin embargo, cuando gobierna el PP es cuando más se deteriora la convivencia en España y asistimos al resurgir independentista en el nordeste de la Península, en una comunidad o en otra. En este caso, ha desarrollado una espiral de agravios contra los representantes de las instituciones catalanas, porque el PP necesita una acción fuerte que le permita escenificar que es el “gran salvador de la unidad de España”, la única baza electoral que le queda ya, después de unos resultados adversos, los problemas económicos y los lamentables casos de corrupción. Lo mismo le ocurrirá a la otra “rama del mismo árbol” en su territorio.  Lo que no se puede hacer es faltarle el respeto al pueblo catalán que se ha sentido ninguneado por el no a su derecho a decidir. El respeto es la base de toda convivencia.
La intolerancia, la soberbia y la necesidad imperiosa de una “hazaña” espectacular para recuperar la estima electoral de los españoles llega a tal punto que, cada día, emprenden un nuevo ataque “legal” sin escuchar las opiniones de sentido común que se vierten desde ámbitos muy distintos: necesidad de resolver el conflicto político por la vía política y no por la vía judicial, necesidad de diálogo, necesidad de cambios. Algunas veces, se alzan voces para decir cosas muy obvias: las leyes las hacen los políticos, las cambian los políticos; hay una experiencia en Canadá con Québec que ha dado lugar a una ley que racionaliza el referéndum por la independencia (mayoría cualificada y garantía de que las circunscripciones que se opongan a la independencia permanezcan en el Estado), lo que exige planteamientos serios, no aventuras pasajeras de conveniencia partidista.
España necesita librarse del anquilosamiento y la intolerancia; renovarse democráticamente con la participación de los jóvenes que no pudieron votar la Constitución de 1978; recibir el impulso de la generación de españoles más preparados de nuestra Historia; ser construida colectivamente para ser más fuerte, más avanzada en los ámbitos político, económico, cultural y social; ser un proyecto ilusionante que nos una a todos y todas.
Maria Dolores Puig Barrios
Ex-concejal Ayto. de las Palmas de Gran Canaria

miércoles, 4 de octubre de 2017

Una fallida democracia

¿Es esto que estamos viviendo-padeciendo en España una “democracia real”? ¿Existe en nuestro país un estado de derecho en el que su Gobierno se proponga eficazmente mejorar la vida de sus ciudadanos? Indudablemente no.
Lo que está ocurriendo en los últimos siete años, con el PP en el poder, es un enorme retroceso en los derechos fundamentales (reunión, manifestación, expresión, laborales-sociales,…), una pérdida irreparable en el estado del bienestar (en educación, salud, vivienda, salarios, pensiones, dependencia, etc.) y una violación continuada de los Derechos Humanos.
Aunque ha sido elegido democráticamente, este Régimen (antes con mayoría absoluta y ahora con la muleta de C´s y el apoyo en temas fundamentales del PSOE) se ha erigido en el defensor de las élites económicos (para eso lo han aupado –grandes empresas y ricos-), ha pisoteado la separación de poderes, ha incumplido sistemáticamente muchos de los artículos de nuestra Constitución (9-2, 10, 15, 20-1a-2-3, 21,23-1, 31-1, 35-1, 37-1, 41, 47, 49, 50), ha reforzado el nacional-catolicismo y ha legislado contra su propio pueblo, como lo demuestra el alto nivel de paro, los miles de desahucios, los más de dos millones de familias sin ningún ingreso o los casi trece millones de personas que se encuentran en el umbral de la pobreza (exclusión social). Todo lo expuesto ¿responde realmente a un sistema social y democrático de derecho? Indudablemente no.
El ocaso de la dictadura se despidió con el asesinato por las fuerzas policiales en Málaga del militante comunista Manuel J. García Caparrós (1977), participante en una manifestación que reivindicaba la Autonomía para Andalucía. Nunca se condenó al culpable. Al permanecer en activo todo el aparato franquista (político, económico, policial y legislativo) después de esta fraudulenta Transición, su poder ha estado presente en los años de esta falsa “democracia”. Su heredero político, el PP, sin ocultarlo, ha seguido ligado al antiguo régimen dictatorial y a lo largo de sus legislaturas siempre ha demostrado su adhesión y compromiso con los más allegados descendientes, sean asociaciones o grupúsculos fascistas.
Las venas franquistas del PP irradian toda su gobernanza, desde su negativa a condenar la dictadura, su política represiva (Ley Mordaza), su permisividad con las manifestaciones de la extrema derecha, su rechazo a recuperar los restos de miles de muertos enterrados en las cunetas, hasta el hundimiento en la miseria de millones de ciudadanos (jóvenes sin futuro) que se encuentra en unas deplorables condiciones de vida.
La historia nos ha mostrado como Cataluña (también el País Vasco) lleva muchos años exigiendo una amplia autonomía y un Gobierno que asuma las máximas capacidades sobre los servicios y competencias públicas.
El enfrentamiento de Cataluña con el PP viene de largo. En 2006, un nuevo Estatuto de Autonomía fue aprobado por el Parlamento, el pueblo catalán en referéndum, el Congreso y el Senado. El PP no sólo propuso un referéndum y pidió firmas para anularlo, sino que presentó un recurso del texto ante el Tribunal Constitucional que después de muchas discusiones, recusaciones y modificaciones profundas del texto original, se aprobó y entró en vigor.
En estos últimos años, el Gobierno Autónomo de Cataluña ha pedido continuamente una interlocución para mejorar su Estatuto. El referéndum, no reconocido por el Gobierno, en Noviembre de 2014 ya planteó la propuesta de independencia que ganó por amplia mayoría. Mientras que el Parlamento y una parte importante de la sociedad catalana pedían poder decidir sobre su futuro, el Gobierno del señor Rajoy estaba desaparecido. Los dirigentes del PP sabían que, desaparecida ETA y que sus alusiones a la “dictadura venezolana” no ya no eran creíbles, había que buscar un enfrentamiento externo para retirar de la circulación en los medios de desinformación tanta podredumbre, tanta corrupción, tanto escándalo que salpicaba a su partido diariamente. Lo encontró. Se cruzó de brazos, metió la cabeza bajo el ala y dejó que la situación en Cataluña avanzara hacia la convocatoria de un referéndum unilateral para el 1 de Octubre. Convirtió a Cataluña en moneda de cambio de sus fechorías y promovió el enfrentamiento entre la Autonomía y el resto de España. El cóctel explosivo estaba servido. Acusan al Gobierno catalán de “romper a España”, de arruinar su economía, de no respetar la Constitución, de dividir a la ciudadanía, tratando de imponer un independentismo que no acepta la mitad de la población.
No podemos olvidar que CiU nunca ha sido independentista. De hecho ha sido el bastón de apoyo para la elección tanto de Felipe González como de José Mª Aznar. El aluvión de acusaciones que tuvieron que soportar por el caso Pujol (dinero en Andorra) y la corrupción con la mordida del 3 % de los contratos públicos que implicaba a todo el partido obligó a cambiar de nombre (PdeCAT) y a buscar, como el PP, una situación de enfrentamiento con el estado central, sabiendo que no habría respuesta alguna del Gobierno de Rajoy a sus demandas. En un abrir y cerrar de ojos, el PdeCAT se hace independentista y se apoya en otros partidos (ERC y CUP) para generar una situación que no era demandada por la inmensa mayoría de la población que sí deseaba un referéndum pactado y con garantía. Poco les ha preocupado a los independentistas lo que desean y quieren para su nación ese amplio porcentaje, la mitad, de los catalanes que quieren permanecer dentro de una España plurinacional en un nuevo marco autonómico o en un estado federal.
Desde que el Govern de la Generalitat anunció la convocatoria del referéndum para el 1-0, el Gobierno del Señor Rajoy ha atacado con dureza las instituciones democráticas catalanas, limitando sus competencias en materia económica, anulando las posibilidades de comunicación social y azuzando a la justicia, que ha cumplido con lo exigido, para parar el proceso, llamar a declarar a políticos implicados y anunciar fuertes sanciones económicas y penales a los que participen en el referéndum.
Aunque no estoy de acuerdo con la independencia de ninguna Comunidad Autónoma (creo firmemente en un estado federal), sí pienso que todos los pueblos (naciones) tiene derecho a decidir su futuro mediante una votación democrática, legal y acordada.
Las continuas declaraciones del Sr. Rajoy sobre ”no habrá referéndum, no habrá votación” ha encrespado los ánimos y la voluntad de muchísimos ciudadanos de dentro y fuera de Cataluña. El Gobierno central debería conocer la situación real de la población catalana, muy bien organizada desde la base, no porque todos estén de acuerdo con la propuesta de independencia, sino porque una parte muy importante de ella sentía que nadie puede usurpar el derecho democrático a votar. En esa lucha, la ciudadanía catalana ha ganado.
Pero las venas franquistas de Rajoy han estallado con la llegada de la fecha del referéndum. El envío de miles de policías y guardias civiles para impedir la votación le ha reventado en las narices al Presidente del Gobierno. La orden de impedir a toda costa la votación, alentada por las decisiones judiciales, ha traído consecuencias desastrosas para los ciudadanos que pacíficamente querían ejercer su derecho a votar. Más de 850 heridos. Reparar en las imágenes de agresiones indiscriminadas, violentas, duras, utilizando porras y pelotas de goma contra la población indefensa (ancianos, mujeres, niños), observar el destrozo de puertas de centros educativos y el requisado por la fuerza de urnas, es un espectáculo más propio de una dictadura que de un estado democrático.
Tanta violencia innecesaria ha sido denunciada prácticamente por toda la prensa internacional. Muchos líderes de diferentes países han condenado la inexplicable y desmesurada actuación de las fuerzas de orden público contra una pacífica ciudadanía que sólo quería ejercer su derecho a votar.
Mientras tanto, el Presidente Rajoy justifica de forma irresponsable la violenta actuación de los cuerpos de seguridad del estado y se niega a reconocer su grave error. Ahora, ya la llama encendida de la secesión, convoca a todas las fuerzas parlamentarias a dialogar. Pero ¿Por qué este impresentable Presidente no lo hizo en su momento cuando era más fácil y posible llegar a acuerdos? Entonces no le interesaba, tenía que tensar la cuerda para conseguir gran objetivo: desplazar hacia Cataluña la actualidad informativa y la mirada de millones de ciudadanos para tapar la ingente corrupción que enfanga a su partido y a miles de sus militantes.
España no merece a un Presidente que utiliza la justicia y las fuerzas de orden para resolver los problemas políticos, incapaz de resolverlos mediante el diálogo. Rajoy, como lo han pedido desde diferentes fuerzas políticas, debe dimitir u obligarlo a hacerlo. Hay alternativa posible, para ello el PSOE debe terminar con su indefinición, con su política de “nadar y guardar la ropa” y colocarse con los partidos que, desde hace tiempo, plantean un cambio real y más democrático que nuestro país necesita para acabar con la desastrosa política del Partido Popular y no seguir en caída libre hacia una situación social insostenible que está condenando a una parte muy importante de la población a la miseria, al hambre, a la desesperación.
Este posible nuevo Gobierno debe emprender, en diálogo con todas las fuerzas políticas, sociales y sindicales, un cambio real del sistema, mediante un proceso Constituyente, que conduzca a una democracia real, a un sistema social justo e igualitario y a elaborar una nueva Constitución (la actual está obsoleta) en la prime los derechos sociales y laborales en la que encajen todas la naciones que forman el estado español y en la que se contemple la posibilidad de la elección por la ciudadanía de su Jefe del Estado.
Juan García Ballesteros
Presidente del Colectivo Prometeo
Miembro del FCSM

martes, 3 de octubre de 2017

Democracia Orgánica “Marca España”


Juan Rivera
Colectivo Prometeo
FCSM 

En la pasarela Cibeles el diseñador Rajoy (antes conocido como “Maricomplejines” tal como lo motejó el crítico de moda Fernando R. Genovés el 27 de agosto de 2004 en una crónica de Libertad Digital, feudo de Losantos) ha presentado este 1 de Octubre la colección “Democracia formal con ropa interior de Dictadura encubierta” destinada a la población catalana.
Allí desde primeras horas del domingo la están repartiendo con música de fondo del “A por ellos” los antidisturbios de la Guardia Civil y la Policía Nacional. A tenor de las huellas que las porras de los cuerpos policiales están dejando en las cabezas partidas – según nos muestran las fotos y vídeos que llegan- debe ser lo que el PP entiende por “Marca España”.
Un desencuentro político que al inicio del partido enfrentaba a dos contendientes (PP / CiU) totalmente igualados en corrupción, recortes sociales y pisoteo de derechos, está a punto de transformarse en una película de “buenos y malos”. Sólo ha bastado que unos hayan apelado a vísceras, gónadas y demás casquerías que duermen agazapadas en el conservadurismo hispano -tan impregnado de filofascismo- mientras que otros hayan respondido con un “Paz, lobo, Paz” y la resistencia pasiva pero pacífica.
El problema de nuestro país no es que Aznar hablase con Pujol en la intimidad sino que los cachorros de Mariano puedan cantar el “Cara al Sol” falangista en las plazas que les pete con total impunidad porque muestra que el virus del Franquismo siempre estuvo incubándose en el partido de la derecha extrema.
¡Vaya faena! Ahora Albert, arquetipo del personaje petulante y “enteraillo” que en forma de cuñado o primo parasita todas las familias de esta nación, va a tener que cambiar el kit de regalo que la CIA le proporcionó para Venezuela y preparar mejor su discurso “vende humo” cuando algún periodista extranjero le pida que explique como la insumisión civil y rebelión ciudadana (aunque sea violenta) es legítima cuando la alienta contra el gobierno bolivariano mientras se convierte en sedición combatida y reprimida a golpes cuando los catalanes intentan ejercer algo tan terrorífico como el derecho al voto.
Una explicación racional no cabe, a no ser que ahora los medios de difusión ideológica -con la excrecencia de “El País” a la cabeza- dediquen sus esfuerzos a convencernos de que el pobre Rajoy fue abducido hace unos meses por alienígenas y que éstos, malos de película, nos lo han devuelto con la misma forma humana pero ocultando en su interior y mente el monstruo de Nicolás Maduro. No es tan difícil pues la trola le salió bien para justificar recortes, corrupción, pensionazo, rescate de la Banca… y todas las acciones gubernamentales que han supuesto transferir fondos públicos a bolsillos privados.
Y además consiguieron de propina que ninguno de los “agita-banderas” que entonaban ayer el “soy español” sintiese que su patria era atacada. Así que por probar no pierden nada pues cada día parecer ser más nutrida la comitiva dispuesta a desenganchar los bueyes que tiran del carro del Poder para arrastrar ellos mismos la injusticia del Estado al grito de “Vivan las cadenas”.
Nuestra fórmula la hemos repetido hasta la saciedad: referéndum con garantías y diálogo. Nuestra postura a favor de una Cataluña dentro de un estado federal español es nítida. Nuestro clamor contra quienes querían chocar los trenes, meridiano y claro. Pero hoy no hablamos de ésto. A las 13 del mediodía, cuando los heridos se cuentan por decenas e ignoramos como terminará la jornada estamos hablando de Libertades Fundamentales violadas.
No podemos consentir el retroceso de libertades que quieren ejecutar ni la puesta en marcha de una democracia orgánica postfranquista, fundamentada en la idea de familia ultracatólica, municipio con cacique a dedo y sindicato vertical y único, con partidos políticos anulados, que sus herederos quieren levantar. Y ahora mismo en Cataluña los Derechos Ciudadanos están siendo conculcados.
Rajoy y el PP están desnudos como en el cuento y muestran a España y el Mundo -por mucho que los quieran arropar Ciudadanos y el PSOE de los Díaz, Bonos, Rodríguez Ibarras- su naturaleza antidemocrática.
Si la encarnación de España fuese la turba que ayer salió a la calle envuelta en la rojigualda, la misma que no mueve ni moverá un dedo ante las injusticias sociales y disfruta paseando a hombros a quienes los pisotean, tampoco queremos vivir en ella.
Cuando se ven imágenes de neonazis “defendiendo” una Constitución en la que nunca creyeron, arrancando carteles que llevan escrito “Más democracia” o pillamos escudándose en el texto del 78 a quienes lo violan día tras día, que no nos pidan empatía con quienes cerraron la puerta al debate para apostar por “ la letra con sangre entra”.
Es paradójico que para convencer a quienes desean romper una relación se recurra a intimidarlos con la fuerza y el chantaje. Sutil manera de ganarse voluntades. Si algún descerebrado (o no tanto) con voluntad de fastidiarlo todo no pone sobre la mesa un hecho que haga entrar el conflicto en el punto de “no retorno”, el próximo lunes 2 serán más necesarias que nunca las personas que tiendan puentes. Las mismas que deben denunciar el pisoteo de los derechos fundamentales que el Gobierno está llevando a cabo hoy en Cataluña.
 No seamos cómplices.