¡Qué indignidad! ¡Qué desvergüenza! Nos toman por ignorantes, por tontos. Escuchar las declaraciones del Presidente del Gobierno y del Ministro de Energía, Álvaro Nadal, atribuyendo la enorme subida de la luz sólo a factores meteorológicos (frío, falta de lluvia y viento) es sorprendente y una forma de justificar la inoperancia del Gobierno, la falta de responsabilidad y su consentimiento para que los grandes oligopolios de la energía sigan robando y engordando los bolsillos de sus accionistas y de los políticos que acogen en sus consejos de administración. Pero veamos cómo hemos llegado a esta ilegal situación de pagar el precio de la luz más alto de la UE.
Desde
1988 los sucesivos Gobiernos tanto del PSOE como del PP han ido
vendiendo a precio de saldo grandes empresas públicas muy rentables
a unas pocas elites financieras españolas y extranjeras. Entre
ellas, la compañía pública de electricidad Endesa que fue comprada
por la pública italiana Enel. Resulta vergonzoso que estos
políticos, tan patriotas ellos, regalen las empresas públicas
españolas, mientras que otros países (Alemania, Francia, Italia y
Portugal) no han privatizado su sector energético, pues consideran
imprescindible un control público de la energía para mantener el
sistema económico y social del país.
Desde
que en 1997 Aznar liberalizó el sector eléctrico con el argumento
de bajadas importantes, Sin embargo, el recibo de la luz no ha dejado
de subir. Claro, las grandes empresas (Endesa, Iberdrola y Gas
Natural) controlan todo el proceso, desde la compra en subastas (a
partir de 2007), controladas y manipuladas a alza para elevar los
precios ficticiamente, hasta su comercialización. Actúan como
oligopolios, haciendo y deshaciendo a su antojo, sin ninguna
competencia, ni control por parte de los sucesivos gobiernos.
En
2013, en contra de la legislación española y comunitaria, el
Gobierno de Rajoy suspende las primas que recibían las energías
renovables por lo que se paralizan y se hunden empresas por las
deudas contraídas. Esto supone un fuerte retroceso en la obtención
de energías limpias y el desaprovechamiento de nuestra posición
ambiental privilegiada de sol y viento.
Mientras
todos los países de la UE subvencionan la instalación de placas
solares y, por tanto, el autoconsumo, en 2015 el Gobierno del PP
decretó el “impuesto al sol” que grava esas instalaciones de
energías renovables y que sólo beneficia a las grandes compañías
eléctricas.
Como recoge José M.
Novoa (“El
déficit
tarifario
de las eléctricas es una estafa de 24.000 millones de euros)
el déficit tarifario no existe. Las grandes empresas eléctricas
controlan la subasta y, sobre todo, el orden de venta de la energía,
de tal manera que primera sale la de coste bajo (eólica, solar,
hidroeléctrica y nuclear) y por último las de coste muy alto
(fuel/gas y carbón). El precio final lo fijan en el último precio
(el más caro) por lo que resalta que el 40 % de la producción le
asigna el precio al 100 %. Una estafa en toda regla con el
consentimiento y beneplácito de los gobiernos (PSOE y PP). Como el
precio de salida de la energía es ficticiamente tan alto, lo rebajan
y a esto lo llaman “déficit tarifario”, que no existe. Además
incluso así, en los últimos ocho años el precio de venta de la
energía ha estado por encima de ese valor falso elevado que la dan.
Por este robo manifiesto todos los españoles pagamos al año más de
4.000 millones de euros.
¿Se
puede creer alguien, por muy ingenuo que sea, que el oligopolio
eléctrico tiene pérdidas, la explotación no es rentable cuando han
ganado el doble porcentual que las demás empresas eléctricas
europeas? En el pasado ejercicio los beneficios han sido: Endesa,
2200 millones de €, Iberdrola, 2800 millones y Gas Natural, 1325
millones. Resulta increíble, pero cierto.
Con el respaldo de
los sucesivos gobiernos, cuyos excedentes políticos recalan en los
Consejos de Administración de estas fraudulentas empresas con
sueldos astronómicos (Felipe González, José Mª Aznar, Ángel
Aceves, Luis Carlos Croisier, Ana Cuevas, David Marín, Cristina
Garmendia, Antonio Hernández,…) y sabiéndose inmunes a sus
desmanes, estas compañías, no sólo nos estafan con el timo del
déficit, sino que se aprovechan para cometer fraude: cobros
arbitrarios, manipulación de contadores, engaños en la
facturación,…
Mientras la estafa continúa, el encarecimiento de la luz en los
últimos 6 años ha sido de un 70 % y sólo en 2016, un 25 %. La
fuerte subida en este mes de Enero ha supuesto una subida del IPC del
3 %. Estas subidas indiscriminadas, con un Gobierno cómplice, una
fuerte bajada de salarios, un elevado nivel de paro y con más de dos
millones de familias sin ningún ingreso, ha llevado a que un 20 % de
la población padezca pobreza energética y sufra cortes de luz que
ya han ocasionado varias muertes.
Desde
la oposición (Unidos-Podemos, ERC) y colectivos sociales se pide al
Gobierno una rápida solución del problema del mercado
energético que pasa por derogar el Real Decreto que pone impuestos
al autoconsumo, recuperar las primas para ampliar el campo de las
energías renovables, cerrar de una vez las “puertas giratorias”,
prohibir los cortes de luz por problemas económicas y, sobre todo,
hacer una auditoría de todo el proceso de compra y comercialización
de la electricidad para acabar con tanto fraude y manipulación del
oligopolio energético. Pero aunque se llegara, cosa difícil, a
solucionar las propuestas anteriores, lo necesario e imprescindible
es, como ocurre con los países de nuestro entorno, nacionalizar un
sector estratégico tan importantes como es la energía y así
controlar el proceso y el precio final al consumidor.
Juan
García Ballesteros
Presidente
del Colectivo Prometeo
FCSM
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