miércoles, 4 de junio de 2014

Julio Anguita: Ya lo tienen

La oligarquía económica, social y política que domina desde antes de la Transición ya tiene la solución, aunque sea inmediata y no perfilada del todo, para que el bipartidismo sustentante de la misma tenga, a su parecer, el terreno más despejado; sobre todo después del terremoto del 25 M. Felipe González, que no pega puntada sin hilo, ha dicho hace unas semanas que el horizonte solamente quedará despejado si PP y PSOE entienden y aplican el mensaje que viene de Alemania, una “entente” más elaborada, más precisa y de más compromiso entre las dos columnas del régimen de la Transición.
Porque no se trata sólo de la situación social del país, sino de otras cuestiones y problemas que si no son hibernados y ralentizados pueden dar al traste con el chiringuito. Con la troika apretando los tornillos de una política que la casta dominante comparte y con las señales de descontento social manifestadas cada día se hace precisa la enésima maniobra de maquillaje: la entronización del un Rey “deseado”. Otras situaciones y cuestiones que tienen mucho que ver con Gürtel, ERE y Noos. El bipartito no puede aguantar el desenlace lógico y legal de los procesos puestos en marcha; demasiados excelentísimos señores, y señoras, en riesgo de ir al trullo. La lógica de la abdicación conduce a una Ley de Punto Final, o como quiera que se llame la operación que se ha se ido tramando en estos últimos meses, ¿o años?
Seguro que al augusto señor, que va a perder la inviolabilidad concedida por la Constitución, se le va a conceder ” de facto” la inimputabilidad sobre cualquier asunto, cuestión o situación nacida de las reales influencias.
Desde hoy hasta la proclamación de Felipe VI por la Cortes, este país y sus medios de comunicación, especialmente los audiovisuales, nos van a suministrar unas crónicas y unos análisis en la mejor línea de Sissi Emperatriz. Pero el día a día sigue y estos que hoy saludan la abdicación que planearon, mañana nos traerán aires republicanos, aunque muy moderados. Y así hasta que el soberano, el auténtico dueño y señor de sus destinos despierte de este panem et circenses. La Historia, esa maestra pesada e incómoda, nos trae el recuerdo de la alegría con que fue recibido aquel felón llamado Fernando VII.
Julio Anguita González.

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