El neoliberalismo –que predica temporalidad, desregulación y bajada de salarios como medidas de obligado cumplimiento– ha puesto la bases, y los sucesivos gobiernos –del PP y del PSOE– han ido reduciendo progresivamente los derechos hasta el punto de degradación en que hoy nos encontramos. Las leyes gubernamentales han permitido hacer el despido prácticamente libre en España. Apenas algunos casos muy específicos permiten a la judicatura determinar despidos nulos. Y en los casos de despidos improcedentes, es el empresario el que decide si readmite o no al trabajador.
El despido es casi gratuito. A las mínimas indemnizaciones que se establecen hay que añadir la gran cantidad de contratos temporales, de manera que para el empresario apenas tiene coste despedir a sus trabajadores. Aún más si tenemos en cuenta que una parte de éste lo asume el Estado.
